El tiempo juzgará el verdadero valor de estos Juegos Olímpicos tan discutidos y al mismo tiempo, quiero ser justo, grandiosos en lo deportivo. Digo que lo hará el tiempo, porque ni los gobiernos democráticos ni, ay, la gran mayoría de periodistas acreditados durante estas dos semanas en la villa olímpica parece que vayan a hacerlo. Los periodistas, adocenados por el extraordinario trato VIP que conferían las acreditaciones, han preferido callarse la boquita, por si acaso, y comprar con descuentos y beber gratis. Al menos de momento. Y eso que llamamos “la comunidad internacional” ha ofrecido una imperdonable imagen de, primero, desunión, y segundo, comprensión con la feroz dictadura, que roza lo deleznable. Los que ayer planteaban el boicot, hoy aplauden y recogen el testigo para Londres 2012.
El espíritu olímpico ha sido una puta en brazos del COI y todo el tinglado de marcas deportivas y no deportivas que tan bien saben sacar tajada. Una puta, digo, a la que nos han querido colar por virgen vestal y a la que han rendido honores deportistas, juntaletras, comités, federaciones, gobernantes y monarquías, la primera la nuestra. El COI es el que sale más dañado de estos Juegos, un COI cobarde, que permitió que en la gala de apertura se tuviera un emotivo recuerdo para las víctimas del terremoto de la provincia de Sichuan, pero que obligó a descoser los crespones negros que portaban los atletas españoles por el trágico accidente de Barajas.
El gobierno chino puede brindar con champagne o con sake. Por el mismo precio, ha ofrecido al mundo un evento organizativamente intachable –y trufado de récords–, una imagen pulcra y positiva de su país y de sí mismo, y a la vez ha legitimado nacional e internacionalmente su gobierno de represión y espanto. Según cálculos de Amnistía Internacional, durante estas dos semanas han sido ejecutados 376 ciudadanos chinos. La gran mayoría sin juicio previo ni presunción de inocencia. Ni una sola manifestación de protesta fue autorizada por los que mandan y ordenan y que, hipócritamente, habían habilitado espacios físicos para esos actos. De los detenidos antes del inicio de los Juegos, entre los que se incluye a mendigos y todo aquél que era considerado “sospechoso”, por supuesto, no hay datos.
Cuanto más se conoce el terror que aplica en el día a día el PCC al pueblo chino, más frívolo parece hablar de récords, Phelps, Bolts y medalleros.
4 comentarios:
Me ha gustado mucho el post...Desde el principio la concesión de los juegos a China ha sido polémica, porque es un país que vulnera el espíritu olímpico...Las quejas han sido escasa y parece que hay más interés en salir en la foto con los premiados, que en hacer las cosas bien...
No me acordaba de los desaparecidos y no sabía lo de los ejecutados, que poca vergüenza tienen...
Abrazotes
Mañana, en el Adelanto, digo más o menos lo mismo, aunque no lo digo tan bien. Un abrazo
Hola, soy un elocuente funcionalio chino que desde hace año y pico tlabaja celca de ti. Eles un pelo occidental peligloso y te vamos a capal, so cablón. No tengo ojos lasgados pelo da igual.
Fdo: Wu Ming Cadenas
PD: por otro lado, tienes más razón que un santo, pero es algo que ya sabíamos todos, pero muchas opiniones y post que hagamos, seguimos igual.
Cuanta razón sobre que los juegos son un horror. Y sabes que no lo digo por lo mismo que tú... Que sopor me da el hockey hierba, los tíos en mallas dando saltitos...¡¡¡
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