lunes, 23 de junio de 2008

La mala educación

De todas las innatas actitudes del paisanaje nacional, quizá la más aborrecible es la pertinaz costumbre de hablar en voz alta en cines, museos, teatros, conciertos y cualquier manifestación artística que requiera del silencio y la calma para con la obra y, casi más importante aún, para el disfrute del prójimo. Desconozco si lo llevamos en los genes e imagino que aquello del carácter mediterráneo no lo aguanta todo, porque además de un falaz tópico, identificar alegría con voces, improperios y bochorno es más que inasumible. Hablamos porque siempre tenemos algo importante que decir, creemos, en una lamentable presunción.

El concierto de Rufus Wainwright en la Plaza Mayor puso en evidencia a un público que se arropa en los mantos de la cultura, pagado de sí mismo en su ignorancia y falta de respeto a las reglas mínimas del juego entre artista y público. Un público que no habría desentonado en la peor cantina de carretera cualquier sábado por la noche. Es cierto que la propuesta del canadiense, sólo su trémula voz y un piano sobre el escenario, quizá no era la ajustada para un marco tan grande como es el del ágora. Pero eso no justifica los bochornos gritos, el murmullo elevado a ruido, el cerril ‘botellón’, el trajín de espaldas, directamente, al escenario.

Ver a un intérprete de la talla de Wainwright era gratis y quizá ése fuera el problema. Eso, y que Machado siempre acaba por tener razón: “Pobre del necio, que confunde valor y precio”. Nos quejamos de que en Salamanca no se celebren conciertos de renombre, y cuando llega un tipo de la sensibilidad del bueno de Rufus, íntimo, en los huesos en lo musical, obeso de talento, se lo come un murmullo sordo y negligente. En fin.

(Tribuna de Salamanca, 14 /06/08)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

hola guapo, me alegro de ser la primera en poner un comentario...
Quiero que sepas que eres una persona muy especial y que te deseo todo lo mejor, espero que te vaya genial y derroches exitos por donde vayas...Te lo mereces...Muchos besos d pies inquietos...jeje

Mr Blueberry dijo...

Me uno a tu crítica, que estoy hasta los cojones de ir a conciertos y que te toque al lado al típico tío que le pega la turra a su compañero...Coño, para hablar no vayas a un concierto que cuesta una pasta y molestas a los demás...Los conciertos populares gratuitos están muy bien, pero como seas fan, no son lo mismo...Por los no fan

Abrazotes

Alberto Prieto dijo...

José Ángel: Eres agudo en tus comentarios (además de guapo, por lo que dicen...). La falta de educación es una manifestación más de la falta de algo primordial para el ser humano y que cada vez es más escaso: el sentido común. Conozco presidentes, médicos, periodistas, abogados, etc que lo corroboran.
Hablar alto por el móvil es cateto. Muy vulgar a pesar de lo que piensen. Y si es en un vagón de tren, en un autobús, restaurante o similar, además es irespetuoso con el prógimo. Continuará...( que me enciendo).

Unknown dijo...

Jovellanos dijo: "La tierra no produce para los ignorantes sino malezas y abrojos", por eso no valoran a los artistas...

Anónimo dijo...

Brillante (de nuevo)

LC :-)

Meridiana dijo...

Pero qué razón tienes en lo de hincharnos a comprar para luego ni desabastecimiento ni nada! Que vergüenza... Por cierto, Nocilla Dream es uno de los mejores libros que me he leído en los últimos años... Nocilla Experience me gustó menos. Hay otro libro: Derrumbe, cuya estética, forma y fondo es muy similar a la de Fernandez-Mallo. A mí me gustó, aunque también menos que N. Dream. Es de Ricardo Menéndez Salmón. Bss

manolai dijo...

éso sólo lo puedes decir cuando eres de Salamanca... aunque sea sólo a medias (¡ay, paisano mío...!) pero lo importante aquí, en lo que estamos de acuerdo, es que Salamanca carece de un mínimo sentido de autocrítica. genial retrato.

buen comienzo, prometedor futuro.

Nacho G. Sas dijo...

¿Capital Cultural Europea? Será capital del dolor de muelas. De acuerdo contigo en todo, un abrazo