En la primera, casi tiene una legitimidad que eleva su rango al de verdad indiscutible. El lector disculpa al redactor y al fotógrafo cuando de lo que se habla es de vísceras, muerte, dolor. El vistazo al titular recrea una historia en la que el interés por los detalles agrada tanto como el placer morboso que éstos inculcan. En una relación directamente proporcional.
En deportes, sobra un vistazo a las abigarradas secciones de partidos locales para comprobar que lo de más es si el Fruterías Pepita recuperó la verticalidad ofensiva a partir del minuto 40 o en el 80. Lo que cuenta es el resultado y el resto es una engañifa. Caso parecido es el de presentaciones de fichajes y lo mismo ocurre en ruedas de prensa para presentar torneos, campeonatos y patrocinios. Otro placebo.
A veces, las crónicas de partidos a cinco columnas son un respiro. Uno confía en encontrar algo de literatura allí y, rascando un poco, retazos de verdad. Y a veces ocurre. La razón es simple: el lector suele conocer el resultado del encuentro de antemano. Al redactor no le queda más remedio que inventar. Y en esa invención es donde centrifuga las dos horas de partido y, de verdad, habla de algo cierto.
2 comentarios:
Ojalá que nunca nos falte ese pedazo de papel que mancha y miente porque aunque estén los periódicos digitales, es un gusto tocar y ver cada mañana el papel recién hecho. Y creo que tienes razón, porque las crónicas son un ejemplo de la imaginación del periodista. Y es una manera de fomentar la creatividad de todos nosotros. Claro que sí. Y que sepas que en los periodicos también existe la sección de campo, que me tengo que vender un poco.
Gracias por el post en Corso Expresso. Eso del patrocinio es una buena idea, la apuntaremos para una entrada posterior. De todas formas, cuando se maneja dinero público hay que pensar en mayorías, no en minorías. No estoy en contra del festival, simplemente me gustaría que fueran más transparentes y dieran razones de la contratación de determinada gente. Lo siento pero cuando hay impuestos de por medio hay que ponerse muy bordes.
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