lunes, 9 de junio de 2008

El lugar común

De todos los males que acucian al periodista, muchos y variados, quizá el más reprobable sea el del lugar común. Si alguien debe alejarse del tópico, de lo manido, de lo mil veces visto y oído, es ese tipo que aporrea el teclado a diario en busca de un aliento de verdad.

Porque de eso se trata, de decir la verdad o de recrearla, resucitarla, desentumecerla y venderla con un lacito a cambio de un euro y algo de voluntad. Lo primero es obligación, con muchos matices, pero obligación. Lo segundo, un recurrente simulacro. En esta curiosa profesión, nadie debería escribir nada que no le apeteciera leer al día siguiente. Nada que él mismo no crea imprescindible para el que está al otro lado, el lector. En un mundo menos utópico y más real, todos acabamos por hacerlo, tarde o temprano. Es cierto que a veces escribimos sobre algo que nos pone. También que a veces no. En cualquiera de los dos casos, el tópico asesta un navajazo mortal a la veracidad. Y aburre, lo que es casi peor.

No hablo del "de las antiguas pesetas", o del "espectáculo dantesco". Pretendo ir más allá. Hay toda una bibliografía dedicada a erradicar los malos hábitos de redacción. Lo que suele estar viciado desde el inicio son los enfoques, los puntos de vista. De todos modos, os dejo con este enlace sobre algunas de las expresiones más manidas:

http://erbauermpsm.blogspot.com/

8 comentarios:

Carlos Mateos dijo...

Ya lo dijo Óscar Wilde: "Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve".Y no te quiero decir nada, estimado JAS. Personalmente, creo en que la literatura es escribir las cosas como no las escribe nadie. Ni mejor ni peor, distinto. Esa voz propia que alcanzaron los Umbral, Cela, Ruano, Gómez de la Serna... productos en sí mismos. Algo a lo que os animo a aspirar, jóvenes periodistas.

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Todas las batallas se pierden cuando no las intentas...
Puede que este sueño dure dos minutos o dos lustros... pero me alegro de que al menos lo hayas intentado. De que no perdieras por no intentarlo siquiera.
Un abrazo.
Guillermo B.

Aurora Lozano dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo. Aún hay quien no entiende que somos contadores de historias, viejos trobadores. Es cierto que hay tipos de informaciones que no permiten dejar volar la creatividad, pero sí permiten un análisis exahustivo de antecedentes y consecuencias que a menudo se olvidan para dar paso a un conjunto de lugares comunes que aburre al más santo. Deberíamos dejar de lado las enseñanzas universitarias y dedicarnos a contar las historias de la actualidad de un modo atractivo y analítico, que es para lo que se deben contar.

Anónimo dijo...

El "lugar común" es un sitio donde todos los periodistas sois hermanos y llega un señor y os reparte pastillas de amor y suicidio y todo parece así muy bonito... pero no, no! hay muerte y te roban todo, hasta la goma de las bragas...pero bueno!de verdad es para tanto? oye a lo mejor es hasta divertido escribir "lluvias torrenciales" de vez en cuando

tú también caerás... :-D
Un besito

LC

Carlos Mateos dijo...

No importa el qué sino el cómo, repito. El andamiaje, el vestido... Si quiero saber que a una señora la han degollado en Teruel(cosa que, dicho sea de paso, a mi me la suda), me enteraré antes por la radio, la tv. internet... Por cierto, escribía esto, querida Aurora, para decirte que, en todo caso, seremos trovadores, nunca "trobadores". Que no se quien de vosotros ha dicho que dejemos de lamernos la palabra.

Aurora Lozano dijo...

En todo caso será "quién de vosotros", ¿no fuiste a la primera fila de clase el día de las tildes? No obstante, admito que el que tiene boca se equivoca, y el que tiene prisa más. Pero no pasa nada, ya caerás y yo no estaré aquí para lamerte las heridas (jejeje) Nos vemos en el infierno

Anónimo dijo...

Cierto en lo que dices, y lo que debemos hacer como periodistas que trabajamos con un mismo material (algo llamado realidad) es buscar el punto de vista y el tono que nos haga exclusivos en nuestro texto. Gracias por el enlace.
Fernando

Nacho G. Sas dijo...

Los periódicos de paquí necesitan dos cosas: metáforas y lectores. Lo contrario es un chorizo.