Henri Cartier-Bressson
Si en verano todo sube, el mercurio en el termómetro, el precio del gasóleo, las hipotecas –y cuándo no–, una de las cosas que bajan es el aprecio por la prensa diaria. Se asoma julio al calendario y los diarios se vuelven flácidos, esqueléticos y sosos. Llega julio y ni siquiera esos suplementos informales y a menudo previsibles y tópicos levantan el vuelo. Esos que se llaman con nombre ingenioso y playero y de los que se suelen encargar los becarios. Los titulares son borrosos, las fotografías se parecen a las del año pasado. Los socorristas abren a cuatro columnas: “Los niños suelen ser los que mejor se portan en la piscina”. Dios. Sin Liga, con la mitad del paisaje político de vacaciones, lo que toma el protagonismo oscila entre la anécdota y el extravío. El euro que cuestan esas 60 páginas se antoja un exceso.
El verano es enemigo de la tensión informativa y los periódicos nacionales se van en busca de las noticias al extranjero. Y aquí es donde naufraga el periódico local, huérfano de aventuras, que ve cómo se abalanza sobre él un inmenso y aburridísimo torrente de fiestas patronales de todo tipo y pelaje. Como una apisonadora: “Los vecinos de ponga-a continuación-el-nombre-de-su-pueblo honran a su patrona”. Si en esta santa ciudad alguien se propusiera de verdad cambiar algo en la prensa local, lo tendría que cambiar todo. Desde los cimientos. Sería como despertar de una anestesia, al principio desconcertante. Después menos.
Van a llegar los JJ.OO. de Pekín y nos van a resolver 15 días de agosto, y aquí en donde vuelvo al extravío y la información que viene de lejos.
El verano es enemigo de la tensión informativa y los periódicos nacionales se van en busca de las noticias al extranjero. Y aquí es donde naufraga el periódico local, huérfano de aventuras, que ve cómo se abalanza sobre él un inmenso y aburridísimo torrente de fiestas patronales de todo tipo y pelaje. Como una apisonadora: “Los vecinos de ponga-a continuación-el-nombre-de-su-pueblo honran a su patrona”. Si en esta santa ciudad alguien se propusiera de verdad cambiar algo en la prensa local, lo tendría que cambiar todo. Desde los cimientos. Sería como despertar de una anestesia, al principio desconcertante. Después menos.
Van a llegar los JJ.OO. de Pekín y nos van a resolver 15 días de agosto, y aquí en donde vuelvo al extravío y la información que viene de lejos.